Esto es una carta dirigida al equipo de gobierno de Santomera, en particular a las “feministas” que lo componen, no hablemos de “feministos” no vaya a ser que nos terminemos de confundir en este asunto.
La expresión “a tontas y a locas” se refiere a cuando hacemos algo sin orden ni sentido. En la literatura española esta fórmula tiene un feliz curso y se presta a ambigüedades. No pretendo hacer una genealogía de la misma pero sí invito, por su especial interés, a que estudien como se va desarrollando dicha expresión en nuestra propia literatura.
No quiero decir con el título de este breve texto, que esto quede claro, que las concejalías estén ocupadas por “tontas y locas”, no pueden ser ni una cosa ni la otra porque para manipular a los vecinos de Santomera, para ser político, hay que ser un poco más listos y espabilados que ellos, al menos estar un paso por delante, lo suficiente para que el timo sea redondo y consumado. Antes era lo de “dame pan y dime tonto”, ahora es “dame ideología y llámame pueblo”.
El discurso feminista desde las instituciones va dirigido, más bien, “a tontas y a locas” en un doble sentido: primero, es manifiesto la falta de orden y sentido (es un absurdo pleno, aunque esté institucionalizado); segundo, va dirigido a aquellas personas que malgastan su tiempo en estupideces, de ahí el ofrecimiento –casi imposición- de un lenguaje con el que se los pueda manipular (lenguaje inclusivo, feminista, estúpido). “Recuperación de espacios”, lo llaman las acomplejadas del movimiento feminista.
Utilizar las instituciones para pervertirlas, utilizar las ideas para convertirlas en mercancía electoral, es lo que se pone en marcha cuando una feminista de corte radical abre la boca o escribe. Si nos acercamos a sus cabezas podemos escuchar lo que piensan (por el ruido que hacen…). Desde la Concejalía de Igualdad de Santomera comenta su concejal (concejala, no vaya a ser que esté invadiendo ese espacio que no sabe ganarse por cuenta propia): “Para quien quiere saber. El Feminismo es un movimiento teórico y político con tres siglos de historia que lucha por la igualdad real de las mujeres y de las niñas en todos los ámbitos. Un movimiento que defiende los derechos de las mujeres como derechos humanos. La igualdad en la diferencia. La igualdad de oportunidades. La igualdad para ser libres.” Y se queda tan tranquila y a gusto.
Habla de igualdad real sin dar el parámetro, habla de derechos humanos sin explicar lo que significan, habla de derechos de las mujeres como si esto significase algo, y lo mezcla todo sin explicar nada. Hasta el más despistado (y despistada) podrá darse cuenta que éste tipo de propagandas ideológicas son la prueba de cómo las feministas hablan “a tontas y a locas”. No les pediremos tampoco que definan lo que dicen, que den explicaciones, porque eso significaría, desde sus coordenadas, que no mostramos respetos por todos aquellos (y aquellas) que no saben encontrar su espacio en las conversaciones, que tratan de machista a quien expone sus ideas y las defiende, que poco tardan en ofenderse cuando un hombre se les pone delante no dejándose manipular. Aquí no se trata de revanchas y rencores, sino de un respeto mutuo con total indiferencia de lo que tengamos entre las piernas.
Cuando hablen con una feminista ténganlo claro, no invadan su espacio si tienen falo, si por el contrario lo que tienen entre las piernas es un vagina háganla valer e intenten apropiarse de esos espacios que su ausencia de inteligencia no les permite acceder.
No me extraña, entre otras cosas, que algún día se proponga el santísimo coño insumiso como nueva patrona de Santomera.
Para finalizar, quisiera dirigirme a Mª José Campillo, Concejala de Igualdad del Ayuntamiento de Santomera. Mire usted, obligado representante político, muy lejos de una “nueva política” está el crear enfrentamientos entre vecinos, muy lejos de un nuevo escenario está el revivir viejos odios y complejos personales, muy lejos de defender a este pueblo está el ánimo de considerarlo como machista, pero sobre todo, y esto es una denuncia que hago pública, muy lejos de merecer un mínimo respeto tiene aquel político que pretende dar lecciones a sus vecinos, mucho menos someterlos a los escarnios públicos que lleva implícito el modus operandi alternativo. Usted se ha ganado a pulso la mayor de las apatías, la más baja estima a quien debería representar al conjunto de los habitantes de Santomera. El día que se enfrentó a un vecino en un pleno, a Juan Francisco Nicolás -vecino ejemplar donde los haya-, usted denigró los más nobles principios con los que se gestó este Municipio. Aquel día, téngalo claro usted, declaró la guerra a los propios habitantes de esta tierra.
MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ
MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ 