La patria es la tierra donde descansan los huesos de nuestros padres. La patria es el lugar donde un grupo de personas decide resistir, defendiendo sus riquezas ante terceros. Patria no es solo presente, también es pasado y futuro, pues ninguno de nosotros puede entender absolutamente nada si no alzamos la mirada hacia atrás, e imposible dar un solo paso hacia delante sin contar con todos los recuerdos que han hecho que seamos lo que somos.
Hoy, nuestro Ayuntamiento cumple 40 años. Pero si Santomera no nació hace cuatro décadas, el nacimiento de nuestro consistorio tampoco coincide exactamente con esta fecha, pues su idea se gestó hace más de 50 años (idea que también se recibió de antaño). Por lo tanto, no pensemos que nuestra máxima institución nació de la cabeza de Zeus o en el regazo de la Virgen del Rosario. Si realmente celebramos tener ‘Casa propia’, nos debemos remontar a unos años que no coinciden precisamente con los inicios de la democracia, sino con otros mucho más difíciles y complicados.
No se puede entender al Ayuntamiento de Santomera sin la Comisión pro-ayuntamiento, aunque bien es cierto que la idiosincrasia de una institución y otra no son iguales, es decir: la Comisión pro –ayuntamiento no parió a su hijo (el Ayuntamiento) a su imagen y semejanza. ¡Qué distinta es la una de la otra! ¡Qué pronto comenzaron las disputas! ¡Cuánto debemos aprender aún de nuestros padres! Y no basta con homenajes, que no los hay, como tampoco basta con recordarlos, que tampoco se les recuerda.
Los padres de nuestra patria, los padres de nuestro Ayuntamiento, aquellos héroes que formaron la Comisión pro-ayuntamiento, probablemente la institución más noble y ejemplar de nuestra historia, no debería ser una reliquia del pasado a la que mirar en según qué fechas de manera nostálgica y con cierta simpatía, sino que debería ser un referente diario para todos los vecinos de Santomera, y también para sus políticos, que, en ocasiones, olvidan su condición de vecinos y el verdadero papel que deberían desempeñar.
Tal día como hoy –como los restantes del año-, no cabe otra cosa que mirar a nuestro alrededor, a nuestras sierras y a nuestra huerta, bordear los lindes de nuestro territorio, observar las maravillas que muchos consiguieron conservar con no pocos esfuerzos, y dedicarles a aquellas personas que nos legaron lo que hoy tenemos toda nuestra atención y consideración, respeto y absoluto agradecimiento. Quizás llegue el día en que su ejemplo se materialice en la institución que crearon, quizás llegue el día en el que ese hijo empiece a ser un poco más agradecido, y que nuestra bandera y escudo se vean acompañados de los principios con los que se luchó para que naciéramos como Municipio, de aquella noble idea que hizo unir a personas por encima de ideologías personales, un mismo proyecto por el que aunar voluntades, luchar y trabajar juntos.
Mientras tanto, mientras llega ese día, vecinos de Santomera, en nuestros Padres tenemos nuestro mejor ejemplo de superación, nuestra guía. El ideal de la generosidad y el sentido de la justicia. Si bien es cierto que probablemente ninguno de nosotros llegue a ser como ellos, al menos, no dejemos que caiga en el olvido aquella ardua tarea que emprendieron hace más de 50 años, la cual hoy, como herencia patrimonial, aún después de fallecidos, todos recibimos sus frutos.
Que descansen en paz todas aquellas personas que todo lo dieron por su tierra y sus vecinos, en inmortal se ha convertido su obra, pues a ellos ha trascendido.
¡FELICES FIESTAS!
MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ
MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ 