‘LAS BREVAS’ DE LAS YUCAS, O DE LAS FLORES CUSTODIADAS POR AFILADAS ESPADAS

 

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Quien en su boca ponga el rótulo ‘rosas verdes de Santomera’, sepa que son palabras mayores. Hablamos de una Historia llena de historias. Unas flores rodeadas de otras flores. Un tesoro entre tesoros. Un símbolo que encierra la memoria de siete generaciones y el devenir de un pueblo. Un motivo de orgullo alimentado por una  obra noble y generosa. Una responsabilidad que pone a prueba a quienes reciben un testigo que llega en forma de espejo en el que mirarse. Esta es la historia de una planta que obliga a sus protagonistas a rendirse ante ella. Como leí hace poco, “hay que actuar de tal modo que a las generaciones futuras no les quede otra que seguir nuestros mismos pasos”.

Hablar de rosas verdes es también hablar de las yucas y sus brevas, así llamaba la familia de Manolo del Jardín a las flores blancas que nacen de estas centenarias. Las flores ‘faro’ del Jardín de Santomera, las que como antorchas se exhiben. Flores que desde lo alto, antaño, observaban a las rosas verdes que tenían a sus pies.  Flores cuya sombra caía sobre los alhelíes blancos que comenzaron a cultivarse en 1967 para vestir ‘la Cama’. Este color blanco, símbolo de pureza, asomaba entre los imponentes brazos del ficus más longevo de la Región de Murcia, abriéndose paso y recordando a todo el Jardín que ellas estuvieron allí desde el primer momento,  que son testigos de nuestra historia.

“Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”, que como no les devolvamos un poco de lo mucho que han dado ellas, en un futuro, si no ya, habrá que encomendar a todos los santos y dioses habidos y por haber, mediante oraciones o sacrificios, su destino, porque la voluntad de los hombres demasiadas muestras de desapego e indiferencia ha mostrando hacia ellas. Se mueren. Y lo hacen poco a poco. Agonizan. Y sin embargo, como si una lección intentaran darnos a todos, aún arrojan ante nuestros ojos esas ‘brevas’, unas flores blancas que pese a todo se niegan a abandonarnos.

Que “las flores a las personas ciertos ejemplos les den”, decía Góngora.

 

MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ

 

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