«La flores a las personas ciertos ejemplos les den;
que puede ser yermo hoy el que fue jardín ayer»
Góngora
(El antiguo Jardín de Santomera. Fotografía de Juan Francisco Nicolás, Presidente de la Cofradía del Santo Sepulcro de Santomera)
Trágico día el de ayer, miércoles 30 de enero de 2019. El Ayuntamiento de Santomera regresó con palas y se llevó por delante un singular patrimonio histórico y botánico de Santomera, no sin antes utilizar la ‘cuchilla municipal’, al menos, en tres ocasiones a lo largo de estos últimos años. Nos referimos a dos de las tres yucas centenarias del parque Manolo del Jardín. Las generaciones presentes y venideras ya no podrán verlas nunca más. A esto se le llama privarnos de nuestro propio pasado, acabar con una parte de nosotros mismos, cerrar las puertas del futuro. Una traición histórica y patrimonial a la que desgraciadamente estamos acostumbrados.
La historia de este parque es la historia de un fracaso. Un residuo de la especulación urbanística llevada a cabo por el Ayuntamiento de Santomera. Fracaso por las autoridades competentes por no saber conservar lo que otros habían conservado durante más de siglo y medio. Y es que desde que el Ayuntamiento de Santomera entró en contacto con esta finca, la Finca del Jardín, ninguna noticia ha sido buena. Todo lo que ha tocado lo ha destruido.
Tras leer el anuncio del consistorio sobre la retirada de dos de las yucas del parque, una vez leído con detalle el documento del técnico contratado, cabe decir que el Ayuntamiento y el informe técnico faltan a la verdad. Cabe objetar al informe técnico el por qué no ha podido examinar la yuca número 4, y es que esa yuca desapareció con las primeras obras (¿dónde está esa yuca?). El técnico, por otro lado, desconocía el traslado forzoso que sufrieron la mitad de las yucas que componían el Jardín cuando el Ayuntamiento inició las obras. Además, el informe técnico adolece de un error histórico imperdonable, a saber: el Ayuntamiento de Santomera no asumió la finca tras “su decadencia con el paso de los años”, sino que fue el propio Ayuntamiento quien inició esa decadencia con su afán especulador.
El trabajo técnico que ha contratado el Ayuntamiento de Santomera, siendo totalmente fieles a la verdad, no ha sido más que el trabajo de un forense que ha venido a Santomera a certificar oficialmente lo que todo el mundo ya sabía: las yucas se estaban muriendo desde hace tiempo. También podría haber figurado en el informe técnico que estas yucas empezaron a regarlas hace aproximadamente un año. ¡Tres años sin una gota de agua! ¡Tres años de olvido y desamparo! ¡Tres años dejando morir la botánica centenaria de Santomera! ¡Tres años de irresponsabilidad administrativa! ¡Y mucho más de tres años de sentir una profunda vergüenza ajena por todos los ‘amantes de boquilla’ de la huerta y del patrimonio, todos aquellos que miden con doble rasero los acontecimientos, que no se manifiestan si no reciben a cambio favores de un Ayuntamiento que destruye nuestra historia y patrimonio por activa y pasiva. ¡Impostores! Todos silenciaron la denuncia que HUERMUR hizo el pasado 15 de enero al respecto.
Solo espero que, al menos por decencia, se planteen quitarle el nombre al parque. Ya que no respetaron el trabajo que durante más de 50 años llevó a cabo Manolo del Jardín (no Manolo del huerto), ya que arrasaron el buen hacer de uno de los padres del Ayuntamiento, al menos, ruego no sigan manchando la memoria de alguien al que absolutamente nadie tiene nada que reprochar.
Un Ayuntamiento que ha devorado la memoria de su Padre y el titánico esfuerzo que hizo por recuperar y conservar todo lo perdido y abandonado durante la Guerra Civil.
Esta es la historia del Parque Manuel García Peña, Manolo del Jardín, la historia de un desagradecimiento constante.
¡Adiós yucas!
MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ
MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ 