TAMARA, EL FUTURO DE ‘LAS ROSAS VERDES DE SANTOMERA’

Tamara García Sánchez nació un 24 de mayo de 1987. Hija de Manuel García Infantes y Juana Sánchez Navarro, hermana de quien escribe estas merecidas palabras hacia su persona, forma el núcleo duro de la séptima generación de ‘la historia de las rosas verdes de Santomera’.

Curtida en estudios de lo más variopinto, en la actualidad desarrolla su existencia  fuera de la  tierra que tanto la extraña. La vida, caprichosa y azarosa en ocasiones, la tiene alejada de todo aquello que ha hecho que sea lo que es. Aunque esté fuera, lleva los valores que ‘mamó’ de pequeña allí donde  cualquier tierra se ve agraciada con tan solo su presencia.

Buena persona, honrada y sencilla, ella es quien verdaderamente atesora los valores humanos que adornaban el histórico jardín de Santomera.  Ella es quien encarna la humildad que heredó,  la bondad para no dejarse contaminar con los contratiempos. Con una bondad que se perfecciona con el paso del tiempo, todo su proyecto vital no es más que  un homenaje al esfuerzo y tesón por querer ser lo que ella ha decidido ser: un alma libre e independiente, pero también íntegra.

Sin duda alguna, y revisando todos los archivos familiares, es  de las personas que más veces ha sido inmortalizada en el Jardín. Y no creo que sea casualidad, pues se suele querer hacer eterno aquello que quiere conservarse. Sus días en el Jardín la convierten en una de las protagonistas de todo lo acontecido en aquellos maravillosos años. Por edad, no pudo dar más que su presencia, sin embargo, creo que fue más que suficiente para hacer felices a todos los que pudo tocar con su especial singularidad. Si siempre se ha dicho aquello de ‘la alegría de la huerta’, ella era ‘la alegría del Jardín’.

Sinceramente, no conozco a nadie más responsable que ella, a nadie tan incorruptible. Por ello, es quien verdaderamente protagoniza la séptima generación de la singular historia de las rosas verdes de Santomera. Es ella quien verdaderamente tendrá que dar cuentas de la herencia que ha recibido. Es ella, y todos lo tenemos claro, quien con más respeto y sabiduría sabrá cuidar de las rosas más especiales de nuestra historia familiar, pero también de la historia de Santomera.

Si las rosas verdes simbolizan generosidad, esperanza y buena voluntad, en Tamara García Sánchez se ven encarnados todos estos valores. Una persona que a todo el mundo cae bien, no por veleta, interesada o hipócrita, sino por la pureza de sus principios que practica con hechos.Es ella, quien tan jovial aparece en las imágenes , de quien depende el futuro del vegetal con mayor valor patrimonial de Santomera.

¡Qué tranquilos y serenos nos quedamos los que sabemos que no hay manos en esta tierra más responsables que las suyas para continuar esta noble y generosa historia!

En palabras de Felix Antonio González, poeta español, y por lo que ella representa:

Que ni el viento la toque, ni mirarla…

Mujer, mi varadero, ni cantarla…

Porque amarga es mi voz, mas yo la canto…

Que ni el viento la toque porque tiene

pena de muerte el viento si la toca

 

MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ