UN AÑO DE ROSAS VERDES

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No había casi información sobre ellas. Casi nadie podía decirme prácticamente nada. Estaban entre el mito y la leyenda. Vistas por muy pocos. Y yo, que desde bien pequeño había vivido junto a ellas, jamás imaginé la historia que escondían detrás. Jamás imaginé que unas rosas fueran capaces de contar tantas cosas, que pudieran trasmitir el sano orgullo que supone pensar en las manos de las personas que hicieron de la generosidad su bandera, la bandera con la que se escribió nuestra propia historia.

Estamos ante una de las joyas que Santomera tiene en su presente. Sin duda alguna, el vegetal con mayor valor histórico de Santomera, las rosas verdes del Jardín.

Ha sido un año de sorpresas. Nunca pensé que se abrirían tantas puertas. Un viaje en el que las alegrías han empequeñecido los sin sabores. En ellas he visto el principio y el fin de todo mi propósito.  Y el recuerdo de sus protagonistas es lo que ha hecho que no hubiese lugar para el desmayo. Ellas, en cierto sentido, han sido el mejor juez en todo este año, pues ellas han sido una prueba para todos.

Los medios de comunicación les han dado un trato envidiable. “Seguro que en alguna ocasión has oído hablar de ellas, si no es así, te lo contamos hoy”. Así comenzaba su divulgación. Radio Sureste- cope se ofreció a darles lectura al primer texto de la investigación, y ponerles voz de un ángel que ha sido fiel seguidor de este extraordinario legado, Mónica Martínez. Ella y su equipo, en especial Juan José, ya forman parte de esta historia. Gracias. Carmen Guardia, periodista de prestigio de una de las revistas digitales más importantes sobre agricultura, Agrodiario, le dedicó un hermoso texto a raíz de una entrevista que tuvimos. Las rosas verdes, el tesoro desconocido de Santomera. Así decidió presentar a las rosas en círculos más especializados. Gracias. Y  hace poco, Diario del Campo, un programa de 7 RM, les dedicó un reportaje. Un año llevaban detrás de ellas. Por fin decidimos dar el paso. Las presentaron como “una de las flores más raras del mundo”. Gracias

Estas rosas, en este año, han recibido algunas visitas un tanto peculiares.  La más  especial, sin duda alguna, ha sido la visita de Ana María y su hijo Carlos, hermana y sobrino de Don Claudio. Enseñarle las rosas verdes a la familia que las trajo a Santomera, familia que trajo a mi familia para que las cuidara a ellas y a su entorno, ha sido uno de los mayores reconocimientos que podrían tener. El presente se ha reconciliando con su pasado de la manera más honesta posible. Un círculo que se cierra. Y Carlos, con una generosidad que es de agradecer, ha contribuido aportando un extraordinario documento. No hay documento histórico, que haya salido a la luz en el último año, con mayor trascendencia en nuestra historia que éste. Donde los rótulos marcan un antes y un después: 1880. Santomera, Murcia. Juan Murcia y Rebagliato. 214 variedades de rosas. Rosa chinensis viridiflora. Comienza la aventura…

Hay alguien que merece una mención especial en este artículo, y es el hijo de Don Claudio, Claudio Hernandez-Ros Kirkpatrik. Él ha sido mi confidente, y, de alguna manera,  juntos hemos llegado hasta aquí. A él lo he llamado siempre que las cosas se han torcido. Unas largas llamadas en las que se me dormía el brazo de lo apasionado de la conversación, mi escucha atenta por todos los “secretillos” que me ha ido contando. Aún recuerdo aquella inyección de entusiasmo que me dio un domingo. Me dijo: “Manuel, he conseguido algo. Aquí en Madrid te espera su Ayuntamiento para reconocer a las rosas, una eminencia institucional quiere verte. Santiago Soria te recibirá, cuando quieras, para que le cuentes de dónde viene este rosal y le presentes a las rosas”.

Un año que supera con creces cualquier expectativa. Un año en el que dar las gracias a muchas personas.

 

¡¡¡GRACIAS!!!

 

MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ

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