LA HUELLA DE DOÑA MARÍA MURCIA REBAGLIATO EN SANTOMERA  

 

IMG-20190620-WA0014 (1)

‘Casa Grande’ (‘Asilo’ para los familiares de doña María, rama Hernández-Ros)

 

«Cuando muere, todo el mundo debe dejar algo detrás, decía mi abuelo. Un hijo, un libro, un cuadro, una casa, una pared levantada o un par de zapatos. O un jardín plantado. Algo que tu mano tocará de un modo especial, de modo que tu alma tenga algún sitio a donde ir cuando mueras»

Fahrenheit 451, Ray Bradbury

 

Introducción

Ha pasado a la historia  como una de las personas que más huella ha dejado en el pueblo de Santomera. Perfectamente se podrían organizar visitas turísticas en honor a la memoria de esta ilustre señora, visitando uno a uno sus pasos en nuestro pueblo.  Generosa y caritativa, servicial y dada a los más necesitados, rasgos todos estos identitarios de la familia Murcia, su condición social y su humanidad le permitieron emprender grandes obras y ayudar a los más desfavorecidos. Nos encontramos ante el alma mater de  ‘Casa Grande’ y ‘los cuarticos’ de Santomera. Su majestuoso ‘panteón’ en el cementerio nos recuerda que no fue precisamente una persona cualquiera.

Desde la investigación sobre las rosas verdes de Santomera,    es un honor  presentar, en esta ocasión, a una de las protagonistas más relevantes de nuestro pasado, la hermana de don Juan -el ’padre de las rosas verde de Santomera-’: doña María Murcia Rebagliato.

 

Doña María, hermana del ‘padre de las rosas verdes de Santomera’

famila murcia

IMG-20180227-WA0000 (1)

familia murcia

Retrato de doña María, según el estudio genealógico y de identificación realizado por don Claudio Hernández-Ros Murcia (sobrino bisnieto de MMR)

 

Hija de don Antonio Murcia García y doña Teresa Rebagliato Sorzano, hermana de Antonio, Juan y Andrés, doña María, al igual que sus hermanos, recibió como herencia, entre otros bienes,   <<la finca de recreo de Santomera, huertos inmediatos a ésta y muebles (…)>>, como refleja el Inventario,  Liquidación cuenta y participación de los bienes dejados por don Antonio Murcia y García a sus hijos, nombrando como tutora y curadora de este legado a su esposa Doña Teresa (quien años después casó con José Moreno Leante,  <<Uno de los mayores contribuyentes de la provincia de Murcia en 1875 y cosechero de vinos en Orihuela (…) En 1886 fue elegido Senador por la provincia de Alicante>>, según el Diccionario biográfico de políticos valencianos (1810-2005) )

 

MATRIMONIO CAMPILLO Y MURCIA

Doña María casó el 25 de julio de 1894 con don Manuel Campillo González, hijo de  Manuel Campillo Espinosa y Doña Cecilia González Sanz.  Don Manuel era un labrador humilde del pueblo de Santomera que llegó a ser Presidente de la Federación Católica Agraria. Fiel trabajador de la familia Murcia, con el tiempo, la relación estrictamente laboral pasó a una relación de reconocimiento personal muy especial. Reconocimiento que hizo que estas dos personas quedaran prendadas la una de la otra. Un amor que superó la diferencia de clases sociales, el qué dirán y otras tantas cosas más que siempre amenazan con romper los amores verdaderos.  El matrimonio Campillo y Murcia no dejó descendencia, pero como vemos, dejaron al pueblo de Santomera  ‘trocitos de ellos’ que todos los días los  hijos de esta histórica tierra vemos.

El Jardín de Santomera

Doña María fue la  última de los cuatro hermanos en habitar la ‘Casa del Jardín’ antes de la Guerra Civil, terrible contienda que acabó con su marido escondido en un rincón de Orihuela mientras en plena plazuela de la finca destruían al Yacente de ‘La Cama’. Guerra esta que acabó con  la vida de don Juan y don Ramón Murcia Villalonga, sobrinos de doña María, cuando el primero salió a la defensa de la vida de su hermano en la villa de Madrid. Según vemos en la tesis doctoral de Santiago Delgado, Julián Andúgar, pasión y  expresión de un poeta, al fallecer los tres hermanos, ‘el Jardín’ era llamado por algunos con el nombre de la protagonista de este artículo.  Curioso el hecho que relata: <<Acostumbran los muchachos a pasear en solitario y transmitirse sus ilusiones. Suelen hacerlos por los senderos de la finca “El Jardín”, de Doña Concepción Murcia, con trazado de jardines neoclásicos, con cenadores donde las buganvillas ponen su nota de color, pegados al huerto cuidado y oloroso. Más de una vez, Julián Andúgar recita a sus amigos los versos de El Cantar de los Cantares, que conocía de memoria. Otras… Fray Luis de León, San Juan de la Cruz…  Julián, después de todo, no era más que un seminarista, y su amigo Guillén el sobrino del cura.  Dos hechos más que suficientes en aquellos momentos, para despertar recelos y desconfianzas. El día 5 de agosto cuando se disponían los tres amigos a entrar en ‘El Jardín’, son detenidos por unos milicianos que iban buscando al cura del pueblo. La llegada provincial del alcalde salvó al sacerdote y liberó a los muchachos>>.

entrada jardin 1880 001

El Jardín de Santomera. S. XIX

Testamento ológrafo de  don Manuel Campillo

El testamento escrito a mano por don Manuel Campillo  (<<firmo este mi testamento en Orihuela  a catorce de octubre  de mil novecionetos treinta y seis>>), presentado ante  el notario don Salvador Montesinos Busutil el 31 del agosto de 1939, comienza con una solemnidad que reproducimos en su totalidad por la firmeza con la que se expresa el firmante:

<<En el nombre de Dios todo poderoso y de Jesucristo su Hijo Nuestro Señor, yo Manuel Campillo González natural de Santomera (Murcia) de setenta y dos años según cédula personal  de octaval  nº  115,953, hijo legítimo de D. Manuel Campillo Espinosa y Doña Cecilia González Sanz, viudo de la ilustrísima señora Doña María Murcia Rebagliato, deseando disponer con el mayor acierto posible de mis bienes espirituales y materiales para después de mi muerte, opto para hacer en este día Testamentento  ológrafo,  empezando por mi protestación de Fe Católica Apostólica y Romana con la que gracias a la misericordia de Dios  y a la religiosidad de mis padres he vivido vivo y quiero morir aceptando  y confesando todos sus adorables misterios bajo las clausulas siguientes (…)>>

 Leído y estudiado el testamento de don Manuel Campillo,  nos encontramos –esa es nuestra percepción- ante uno de los asuntos más delicados de nuestra historia, por lo complejo del mismo  y porque son muchas  las personas e instituciones que han intervenido en el largo recorrido y  desarrollo de esta herencia.   <<Al empezar el año mil novecientos treinta y uno  los trabajos de la testamentaria de mi esposa y habiéndome enterado de los legados que ella me hacía en su Testamento (…)  que todos los bienes que me adjudicasen (…) se invirtieran en obras piadosas  y benéficas en sufragio de  su obra, las que al ser posible llevaran su nombre y se llevaran a cabo durante mi vida y al no poder ser, después de mi fallecimiento>>, dice la cuarta cláusula del testamento.

IMG-20190622-WA0004 (1)jj

‘Los cuarticos’

Caridad y generosidad en las obras de doña María

Doña María Murcia Rebagliato y don Manuel Campillo González quisieron, esa fue su voluntad, que <<Casa grande que se dedique para asilo de ancianos>>, <<con la dedicatoria si es posible de mi mujer>>. Actualmente, y después de un largo proceso, Santomera tiene su asilo, la Residencia de ancianos don Manuel Campillo González, como fue bautizada por las autoridades competentes en 2016. Esta residencia se construyó sobre los terrenos que antaño eran llamados Huerto de la alegría. Terrenos que también fueron donados por el legado Campillo-Murcia.

‘Casa Grande’ sirvió de acogida en la ramblá de 1947, sirviendo de  refugio de 22 familias. Hay vecinos de Santomera  que incluso nacieron en este edificio, como es el caso de nuestro conciudadano Paco Antón (<<mi casa>>, lo llama él). Colegio donde vivieron unas monjas, lugar donde la Iglesia hizo uso de sus dependencias   para sus ritos de paso (muchos no olvidamos el haber dado catequesis entre las paredes de este enorme edificio). Hasta convertirse en ‘centro de la cultura’ de Santomera, no sin antes pasar por un periplo de avatares históricos, un patronato, así como una reforma.  ‘Casa Grande’ se ha convertido también en centro de exposiciones de todo tipo, inaugurada  por el consagrado pintor Falgas en 2003. Un edificio cuya imponente grandeza solo es superada por la historia que contiene, por las personas que lo habitaron.

<<Criadas de casa  de Santomera>>

De buen nacido es ser agradecido, así lo entendió doña María y don Manuel por el trato recibido por parte de sus <<criadas>>, desde las primeras que trabajaron en Casa Grande hasta las últimas. <<Entregar a las que han sido criadas de casa de Santomera, Ignacia Villaescusa, Claudia Campillo, Manuela Llarosa, María González,  Dolores García, Flora Montesinos y Encarnación Andúgar, doscientas cincuenta pesetas a cada una y así mismo doscientas cincuenta pesetas a cada una de las dos hermanas Remedios y Maria  que viven en Madrid. Y así misma a la que fue su doncella María Rubio mil pesetas haciendo así honor a la memoria de la familia que lo manifestó de palabra antes de morir y además otras doscientas cincuenta pesetas  que yo dejo a cada uno de mis actuales criadas, María Rubio, Encarnación Andúgar, Dolores García (…) >>

El majestuoso panteón del cementerio de Santomera

IMG-20190620-WA0002

<<Segunda: el funeral entierro y misas lo dejo a elección de mis albaceas y mi cadáver se colocará en panteón de familia dedicado a mi difunta esposa en el cementerio de Santomera>>, dejó por escrito don Manuel. No hay vecino en Santomera que se haya quedado indiferente ante esta monumental obra que destaca entre todas las demás del cementerio de Santomera.

Allí descansan los cuerpos de este matrimonio, así como los del hermano de doña María que murió de niño, entre otros. Un panteón que, sin duda alguna, es un tributo a la memoria de una mujer que a parte de generosa, como dice don Manuel en su testamento, tuvo que sacrificar parte de su  condición social para estar con él. Este panteón es propiedad de la familia Murcia y la familia Barcala.

Doña María falleció el 19 de abril de 1931 en <<su casa de Santomera>>, <<su desconsolado esposo el Ilustrisimo señor don Manuel Campillo González>>  y la familia comunicaron a sus amistades en prensa <<tan sensible pérdida>>.

Esquela+Maria+Murcia+Rebagliatp

 Esquela de doña María

 

Final

Como hemos dicho al principio de este artículo, sería un bonito gesto realizar unas visitas guiadas por los edificios donde dejó su huella esta señora, por los edificios donde dejó su impronta para que los santomeranos pudiéramos hacer uso de ellos.  Crear una breve leyenda en cada uno de ellos que explique a los vecinos el origen de estas obras  que nuestros  ojos ven todos los días. Podríamos también contar al visitante que por primera vez vea nuestro pueblo que nuestra historia está trabada desde la generosidad, que el barrio del trinquete es un barrio muy especial, que por muchas desgracias que hemos tenido nunca han faltado personas que se han volcado con aquellos a los que la tragedia ha llamado a sus casas. Fueron los hermanos de doña María quienes compraron la primera banda de música de Santomera. Fueron sus sobrinos  y su cuñada ( Concepción, Antonio y Santiago) quienes en 1906 se volcaron con las víctimas de la inundación. Fue doña Adelita quien marcó un antes y un después en la Quinta de don Juan. Fue Antonio Murcia quien donó los terrenos para que se levantase el  instituto de Santomera, así como los terrenos donde la Guardia Civil tiene sus dependencias. Y si llegamos a la segunda mitad del siglo XX, fue don Claudio quien abrió las puertas de la vivienda de Manolo del Jardín para darse a los vecinos de Santomera en aquello que pudiesen necesitar. Es la familia Hernández-Ros Murcia quien en la actualidad tiene confiado el trono más emblemático de la semana Santa a la Cofradía que lo custodia, y por ende, al pueblo de Santomera. Es Claudio Hernández-Ros Kirkpatrick, uno de los hijos de don Claudio, quien a día de hoy está totalmente volcado  y entregado en la investigación y defensa  de las rosas verdes que plantó su tatarabuelo, las flores que tanto significaban para su padre. Una historia esta, la de las rosas verdes de Santomera, que visto lo visto, nació para quedarse y darle a los santomeranos un motivo de orgullo.

la cama historia

‘La Cama’ en su casa, el Jardín de Santomera. 1963. Don Claudio y Manolo del Jardín

junto a algunos ‘nazarenos históricos’

Ultimas fotos 2019 451mn

La Guardia Civil custodiando ‘la Cama’. 1963

IMG-20190622-WA0002

Fachada de la antigua ermita del Jardín

 

Desde la séptima generación de ‘la historia de las rosas verdes’,

este recuerdo a la memoria de doña María Murcia Rebagliato

y todos mis respetos  a los que hicieron de Santomera un pueblo mejor

 

¡¡¡Feliz verano   y millones de gracias a todos los que sumáis!!

 

 

 

MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ

Un comentario en “LA HUELLA DE DOÑA MARÍA MURCIA REBAGLIATO EN SANTOMERA  

  1. Una aclaración al magnifico relato de Manuel Garcia Sánchez de los Murcia, cuando comenta que en la guerra civil el 5 de agosto unos milicianos detienen al cura su sobrino y un amigo, intervino el alcalde y los libero, ese buen alcalde que impidió desmanes y represalia en Santomers, se llamaba, D. Andrés Alcaraz Nicolás, conocido por el Cone.

    Me gusta

Deja un comentario