LAS ROSAS VERDES DEL JARDÍN DE SANTOMERA: JUSTICIA Y HONOR PARA NUESTRO PATRIMONIO

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El Jardín de Santomera, 1978.

(Archivo de Juan Francisco Nicolás, Presidente de la Cofradía del Santo Sepulcro de Santomera)

 

“Quiere el Hombre vivir en paz, en serio;

quiere ver por las calles pura, en cueros,

la Verdad; las verdades siempre vivas.”

Julián Andúgar

 

Los abajo firmantes, Claudio Hernández-Ros Kirkpatrick (hijo de don Claudio Hernández-Ros Murcia y tataranieto de don Juan Murcia y Rebagliato –Padre de las rosas verdes de Santomera) y Manuel García Sánchez (nieto de Manolo del Jardín –último capataz de la Finca -,  heredero de las rosas verdes  y responsable de la divulgación de su historia así como de la puesta en valor de sus protagonistas), queremos manifestar lo siguiente:

En primer lugar, pedimos disculpas a todos aquellos a los que nuestro silencio en estos meses haya podido desconcertar, desilusionar o incluso ofender. Ha sido un silencio prudente. Por respeto a la memoria de nuestra estirpe, a la verdad y a la honorabilidad de todos los que hicieron posible esta singular historia y conservaron ‘las rosas verdes del Jardín’ desde el siglo XIX hasta nuestros días,  hemos preferido sopesar con cierta distancia y mesura todo lo sucedido este año 2018, y dejar que todos las partes afectadas o involucradas se posicionasen. A continuación, ofrecemos, públicamente y por responsabilidad moral, nuestro parecer ante ciertas cuestiones.

Nosotros, por nuestra parte, fieles a la máxima de Miguel de Cervantes, queremos ser muy claros y huimos de dobleces y falsas apariencias, porque “la verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua”, denunciamos   al Ayuntamiento de Santomera, por sus hechos,  como el enemigo público número uno del vegetal con mayor valor histórico y botánico de Santomera, las rosas verdes del Jardín.  Fue el Ayuntamiento de Santomera quien no respetó los deseos de don Claudio de conservar el enclave botánico. Fue el Ayuntamiento quien especuló con nuestro patrimonio en su arte para crear absurdos planes urbanísticos. Fue él quien destruyó el histórico complejo del Jardín. Y es ahora el mismo Ayuntamiento quien quiere aparentar ser el valedor de una historia que ellos mismos han querido destruir por activa y por pasiva desde que tuvieron contacto con ella. Culpables que en público aparentan ser inocentes.

“El regreso a casa de las rosas verdes”, anunciado el 4 de enero de 2018 en una nota de prensa por el Ayuntamiento, hace un año de este delirio, solo sigue la tradición de mentiras y ultrajes a añadir a los anales del consistorio. Otra traición más en el repertorio. No puede regresar algo que no se ha marchado, así de simple,  mucho menos las rosas que arrancaron los primeros especuladores, aquellos que pasaron de concejales a encargados de la propia obra.  Además, no han cumplido su promesa. ¿Qué jardines de Santomera se ven embellecidos por ‘las rosas verdes del Jardín’? Aseguramos, sin ningún género de duda, que el Ayuntamiento de Santomera, plante lo que plante en un futuro,  nunca podrá demostrar que las rosas verdes que tienen en su cortijo son originarias de Santomera, sencillamente, porque es algo imposible de demostrar. Muy al contrario, debería dar explicaciones y decir dónde han adquirido las rosas que tienen, qué precio les han costado, qué variedad son, qué historia tienen, qué cursos van a realizar los jardineros del ayuntamiento para su conservación, entre otras cuestiones.  En una palabra: ¿de dónde vienen esas rosas verdes que después de un año no están plantadas en ningún parque de Santomera? Transparencia, señores: enseñen el ticket de compra.

Respecto a la rehabilitación de la ‘Casa del Huerto’, o invención de la ‘Casa sin huerto-, desde el conocimiento que tenemos sobre el asunto, afirmamos  que no reconocemos este edificio en ninguna de sus etapas históricas. Ningún documento histórico fundamenta esta reforma. Para nosotros, es un edificio totalmente nuevo, huérfano de historia, extraño. Y así lo aseguraron los arquitectos que emprendieron las obras: “hemos carecido de documentos históricos”.  No han respetado la fachada. No han respetado los interiores. No han respetado los colores. No han respetado los materiales. Incluso han destruido los preciados y simbólicos bancos de mármol que estaban adosados a la fachada principal. Aseguramos también, en este sentido, que el Ayuntamiento y sus técnicos no tienen ninguna manera de demostrar las razones de ser de este desatino arquitectónico, salvo las afirmadas por los propios técnicos: la falta de documentación.

Respecto a la inauguración del edificio en sí, el 29 de septiembre de 2018, una ridícula y pueril farsa a puerta cerrada para quienes no fueron invitados a esta fiesta como si fuese un cortijo privado –todo por el pueblo pero sin el pueblo-, nos encontramos ante un Ayuntamiento que ha demostrado otra vez el poco respeto que tiene hacia nuestra historia y sus protagonistas. Los vecinos  de Santomera, quienes conocen realmente esta historia y lugar, se deben preguntar ya no por las asistencias a la fiesta privada, sino por las ausencias a la misma. En este sentido, el Ayuntamiento sí que ha mostrado una coherencia ejemplar, a saber, a edificio nuevo, protagonistas nuevos.   ¿Y las rosas verdes expuestas ese día? Sólo sabemos que estuvieron castigadas mirando contra la pared. Y por supuesto, de ninguna de las maneras eran las históricas rosas verdes de Santomera. Tan exóticas como la inteligencia de nuestros gobernantes, tan extrañas y ajenas ellas a nuestra historia como la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia que auspició el acto desde la mayor de las ignorancias y oportunismos para, sobre todo, verificar que el cheque había sido cobrado, y, por supuesto, salir en la foto.

Sin ningún documento original en su poder que mostrar en la exposición, ya sabíamos sobradamente de este hecho, lo poco que consiguió el Gabinete de prensa del Ayuntamiento de Santomera  lo hizo con nula ética y sin escrúpulos.  Sobre este asunto, tampoco hay manera posible de que el Gabinete de prensa municipal se justifique, salvo que diga lo que siempre ha dicho: “recibimos órdenes, solo somos técnicos”. Debe saber todo el mundo que el blog dónde se ha escrito esta historia en últimos tres años se vio, antes de la inauguración del edificio, abrumado por las numerosas visitas que recibía. Debemos decirlo: si el Ayuntamiento de Santomera pudo exponer algo ese día fue gracias a los documentos y datos que obtuvo del blog, así como de entrevistas realizadas sobre esta investigación. Sin permiso. Sin consentimiento. Una apropiación descarada de quien no tiene nada que ofrecer. Sin embargo, con ello no consiguieron entender nada. Nadie les enseñó a distinguir entre ‘huerto’ y ‘jardín’, entre propio y ajeno, o entre dignidad y vileza. Mucha irresponsabilidad es la que hemos ido observando en los últimos años en los políticos de Santomera, más preocupados en salir en la portada del Hola que en respetar a Santomera y su historia.

Sobre la cuestión de fondo que aquí nos ocupa, a saber, el respeto por nuestro patrimonio, lamentamos profundamente que Santomera haya padecido esta constante traición hacia su patrimonio botánico por parte de la institución que debería velar por él.  Lamentamos que Santomera carezca de historiadores con la suficiente gallardía  para no mantenerse pasivos antes estos hechos y no hayan luchado lo más mínimo por el respeto a la verdad y al honor de los protagonistas de esta singular  historia (todo lo contrario: han participado en la traición).  Lamentamos también que ninguna asociación haya visto toda esta mentira institucional,  incluso la haya secundado. Lamentamos no tener una Concejalía de Patrimonio honesta y honrada, más presta a los chantajes y  a pactos de silencio que a la propia vocación del servidor público.  Lamentamos que los alcaldes de turno no recuerden a los padres de su propia Casa, incluso se opongan a homenajearlos. Lamentamos, por otra parte, que las caballerizas de la antigua finca se vayan a convertir, en un futuro, en un negocio ajeno a  cuestiones patrimoniales. Bienvenidos todos al Residencial el Jardín…

No somos tan ingenuos como para pensar que nuestras acciones influirán en modo alguno en las decisiones de la máxima institución de Santomera. A nuestro parecer, las rosas verdes de Santomera sobreviven gracias a las personas que durante siglo y medio no dejaron que desaparecieran, pero también sobreviven pese a otras que antaño las arrancaron con palas y que ahora las suplantan por especies foráneas.

Si algo tiene grande esta historia es la constante voluntad de todas y cada una de las personas que cuidaron estas rosas verdes para legarlas a las próximas generaciones. Que se hayan convertido en las rosas más famosas de internet, en  el patrimonio más divulgado de Santomera en los últimos años –y nosotros, por principios,  jamás pediremos dinero a cambio-,  que la prensa internacional se haya interesado por ellas, sólo son  anécdotas de esta investigación, algo que ha venido sin realmente buscarlo, algo que no consigue despistarnos de nuestro verdadero propósito: agradecer en cada uno de nuestros pasos a los que nos precedieron  su desinteresada actitud para dar a sus vecinos un motivo de orgullo, algo que está muy por encima del político de turno o del imitador a intelectual sobornado.

La Historia de las rosas verdes de Santomera es una historia que nace con la vocación de ser eterna, de trasmitir el amor a unas flores que a nadie nunca han dejado indiferente, una puesta en valor de los principios de los protagonistas que consiguieron cambiar nuestra historia.  Ejemplos para las futuras generaciones. Esperamos que algún día el Ayuntamiento de Santomera recupere el espíritu de entrega y generosidad  con el que nació, que en él habite algún día algo de cordura, y que sus técnicos no tengan la desgracia de verse bajo las órdenes de quienes politizan nuestro patrimonio y secuestran nuestra historia.

Mientras tanto, nosotros seguiremos conservando este tesoro que son las rosas verdes de Santomera  y divulgando su relato con buena voluntad, generosidad y esperanza, con apoyo o sin apoyo local, al margen de toda clase de piratas, pero nunca sin los  protagonistas de esta historia.

Como decía Góngora: “las flores a las personas ciertos ejemplos les den”.

 

CLAUDIO HERNÁNDEZ-ROS KIRKPATRICK

MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ

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