LA ‘CAMA’, PATRIMONIO DE SANTOMERA

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Hace justamente una semana, por las calles de nuestra capital murciana, nuestro pasado –acompañado por nuestro presente-, hacía lo que mejor saben hacer los santomeranos de bien: convertir a su querido pueblo en un referente, en un icono digno de admiración y del más sincero respeto.

La imagen que acompaña a estas líneas, corresponde a nuestro Santo Sepulcro. Pero ya hace algunos años de ello. Miren a Manolo del Jardín. ¡Qué joven! Hombre de madera de boj que plantó la semilla de lo que es hoy la Cofradía del Santo Sepulcro, para orgullo de todos y cada uno de sus cofrades que tienen como referente a una de las personas más generosas y bondadosas que a gala posee la Historia de Santomera. Las tulipas aún no estaban cubiertas por los hierros que Don Claudio, Presidente de Honor de la Cofradía del Santo Sepulcro,  diseñó. Pero como pueden ver, la Guardia Civil, con la ejemplaridad que le caracteriza, ya acompañaba a nuestro paso con absoluta solemnidad.

La ‘Cama”, antaño, no tenía nazarenos. Le bastaba con sus costaleros y el Caballero de la Orden para procesionar por las calles de Santomera. La familia Murcia, en todas sus generaciones, nunca abandonó al paso. Y, a día de hoy, sigue siendo propiedad familiar, aunque cedida por unos años a quienes desde bien niños se criaron en aquel ambiente tan singular que era el histórico jardín de los Murcia, donde la araucaria excelsa lo visionaba todo.

Los alhelíes, en su origen, fueron plantados por primera vez por Manolo del Jardín bajo el impresionante ficus centenario, al igual que los limoneros de nuestro “pulmón”, cerca de las primeras rosas verdes llegadas a España. Con los años, la plantación pasaría a la primera parcela que había entre la casa de Manolo y el Jardín. En la misma parcela donde estaban plantadas las naranjas del obispo y algunos cítricos creados por Don Juan Murcia y Rebagliato, bisabuelo de Don Claudio, segundo caballero de la Orden.

Ofrezco estos curiosos datos con el único ánimo de compartir con mis vecinos y amigos  lo que creo que es un verdadero tesoro para todos: nuestra historia. Y lo hago también, ya que no puedo contenerme, para recordarle a todos los que participaron el pasado día 11 en la Magna Procesión, que si  este excepcional evento tuvo realidad fue gracias a esta larga tradición familiar que hunde sus raíces en la primera mitad del siglo XIX. Si constantemente repito el nombre de Manolo del Jardín y Don Claudio, aparte de porque es justo y necesario, es para que se les introduzca en la cabeza a quienes no los han tenido presentes en sus agradecimientos.

Por lo tanto, ruego, a todos los que se pusieron en primer plano, que no olviden a quienes representan, por muy pequeños que se vean ante estos gigantes de la generosidad. Ruego, a todos los que participaron de buena fe, que nunca olviden a todas y cada una de las generaciones que han hecho posible todos estos momentos en los que los hijos de esta tierra sacamos pecho ante el mundo. Pero sobre todo, ruego, a Juan Francisco Nicolás, Presidente de la Cofradía, que nunca abandone los principios morales con los que camina, con los que se ha convertido, sin duda alguna, en un hijo ilustre de nuestra tierra, en un espejo en el que muchos nos miramos, y ya no solo para poder ser mejores personas, sino, porque, sencillamente, nos recuerda a quienes tanto amamos.

 

 

 

MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ

 

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