EL ENEMIGO DE ‘LAS ROSAS VERDES DEL JARDÍN’: EL AYUNTAMIENTO DE SANTOMERA

foto la verdad

 “Detalle de la rosa verde de Santomera, que Los Murcia y los herederos de Manolo del Jardín han mantenido desde el s. XIX”

La curiosa historia de las rosas verdes de Santomera, diario La Verdad, 30 de mayo de 2017

(Imagen que el Ayuntamiento de Santomera  se apropió sin consentimiento de “los herederos de Manolo del Jardín” para poder tener algo que exponer en la inauguración de la Casa del Huerto el 28 de septiembre de 2018)

 

Del futuro nada está excluido. Por ello, cualquier afirmación sobre algo que aún no ha sucedido pudiera parecer imprudente. Sin embargo, que el futuro se cultiva desde el presente, que este último necesariamente parte y necesita del pasado, nos parece algo tan palmario, tan incuestionable, que nos hace ajustarnos a estos postulados para poder llegar a cualquier tipo de conclusión medianamente sensata.  Estas razones de ‘entendimiento histórico’, de comprensión racional sobre nuestra realidad, son las que nos hacen estar alerta ante los futuros pasos del Ayuntamiento de Santomera, ante cualquier acción que pudiera cometer contra ‘las rosas verdes de Santomera’. Nuestra desconfianza ante esta institución parte de sus hechos. Insistimos en que cualquier crítica o posicionamiento que adoptemos se centra exclusivamente en la gestión que ha tenido el Ayuntamiento de Santomera respecto al vegetal con mayor valor patrimonial de Santomera, las rosas verdes del Jardín de la familia Murcia.

Sepa todo el mundo, y con esto solo recopilamos y recordamos otras cosas que en otras ocasiones ya hemos denunciado públicamente, que las acciones acometidas por el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Santomera han dejado mucho que desear. Podemos afirmar que el Ayuntamiento ha traicionado a su historia. Podemos afirmar que el Ayuntamiento de Santomera ha mentido reiteradamente a sus vecinos. Podemos afirmar que el Ayuntamiento ha deshonrado a sus antepasados. Podemos también decir que en lo único que han conseguido especializarse es en el vil arte de sacar brillo a la ‘cuchilla municipal’. A nuestro juicio, e insistimos en la idea de que nuestra crítica se centra exclusivamente en la gestión del consistorio respecto a este patrimonio concreto, a los nueve componentes del equipo de gobierno solo se les puede calificar objetivamente, por su gestión,  de irresponsables e incompetentes. Es más, pensamos que difícilmente podrían haber hecho las cosas peor.

Los herederos de las históricas rosas verdes de Santomera iniciamos conversaciones con el Ayuntamiento, concretamente con su alcaldesa Inmaculada Sánchez y su concejal de patrimonio Maria Jesús Férez, con el ánimo de que las rosas verdes fueran reconocidas institucionalmente. De hecho, la alcaldesa de Santomera, el 9 de mayo de 2016, fue de las primeras personas en Santomera en recibir el primer artículo de la investigación sobre esta reliquia botánica. Mostramos, desde el primer momento, nuestra voluntad de querer compartir con los vecinos de Santomera no solo  su historia y las novedades que la  investigación aporta como legado a la memoria del pueblo de Santomera, sino que entendíamos que teníamos que compartir también las propias rosas, buscar un lugar ideal donde pudieran estar expuestas al público, donde la gente pudiera ver en primera persona las flores de las que más se habla últimamente. Sólo pedíamos respeto por nuestro patrimonio, por la historia de Santomera y por las personas que la hicieron posible, y queríamos que se sumase la institución que fue creada por uno de los protagonistas de la historia de las rosas verdes de Santomera. Esta voluntad nos parecía de justicia entonces y nos sigue pareciendo de justicia ahora.

Pero no. El Ayuntamiento de Santomera, un día, sin previo aviso, rompió su compromiso con nosotros y publicó una nota de prensa el 4 de enero de 2018 en la que se felicitaban porque habían conseguido el regreso de las rosas verdes. Lo que no les contaron a los vecinos de Santomera, ni aún han contado, es que les tomaron el pelo a todos, que esas rosas con las que se fotografiaron eran ajenas a nuestra historia: eran unas rosas impostoras. Un ejercicio de cinismo de libro. El 23 de febrero de 2019 nos recibió la concejal de patrimonio y reconoció la mentira de esa nota de prensa, comprometiéndose a rectificar y pedir disculpas. Sin embargo, a día de hoy, a falta de unos días para que finalice esta irresponsable gestión municipal, queremos recordar que llegaron a exponer las rosas foráneas en la inauguración de la Casa del Huerto y para más inri, como el que  que comete un crimen en público y a plena luz del día, colocaron una fotografía de las originales rosas verdes en la misma exposición, no sin antes tomarse la libertad de ordenar al gabinete de prensa municipal que renunciase a cualquier tipo de ética periodística y omitiese públicamente de dónde habían obtenido el resto de documentos expuestos en dicha exposición.

Por estas razones, que sinceramente pensamos que cualquier persona puede entender, nos preguntamos cual será la próxima fechoría del Ayuntamiento de Santomera. Desde que arrasaron el complejo del Jardín, el consistorio atesora una historia de traición hacia su patrimonio. La destrucción de la cuna de las rosas verdes, el abandono y desmantelamiento  de las centenarias yucas del parque Manolo del Jardín, la desatinada  rehabilitación de la Casa del Huerto, el imponente tronco del cadáver del ficus como macabro trofeo de la especulación urbanística municipal a la vista de todos, y ahora, ahora unas rosas verdes extranjeras que prometieron plantar y nunca plantaron. Mentirosos, traidores e irresponsables. Deseamos que en el futuro no se repitan los mismos errores que en el pasado y en el presente. Nuestros principios no van a cambiar cada cuatro años, siempre seguirán  siendo los mismos que el primer día: compartir y poner en valor esta historia tan bonita como especial. Ojalá se cree algún día un clima de confianza con el Ayuntamiento por el propio bien de todos, no sin antes con la prometida disculpa pública por todas sus mentiras y traiciones.  Ojalá, también,  historiadores y cronistas locales  no miren más hacia otro lado. Aquí no se trata de cambios ideológicos, sino de hacer las cosas bien. Hay  un pasado que no podemos cambiar y un presente al que debemos contestar con responsabilidad.

Menos mal que han decidido no sacar a pasear a sus rosas verdes en campaña electoral, en su Buen hacer y  en su Sí a nuestra identidad. Solo les ha faltado colocar carteles de Se buscan, muertas o muertas, y una foto de las originales rosas verdes, esas flores a las que han traicionado pero que paradógicamente su historia les ha cautivado de tal manera  que han querido protagonizarla en primera persona, todo en una farsa vilmente orquestada a espaldas del pueblo y de los propios protagonistas de la historia. “Si no son nuestras, mejor muertas”, ese hubiera sido el lema en la campaña electoral.

 

CLAUDIO HERNÁNDEZ-ROS KIRKPATRICK / MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ

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