LAS ROSAS VERDES Y SANTOMERA, UNA HISTORIA LLENA DE HISTORIAS DE AMOR

 

jardin foto

Cuenta la historia de las rosas verdes de Santomera que quien conoció esta tierra de ella se enamoró, cuentan los testigos que aún quedan que los protagonistas de este relato prendados quedaron con el pueblo de Santomera, y a sus habitantes ayudaron hasta los últimos días de sus vidas.

Esta historia es muy antigua, con ella posiblemente se inicie la recogida de los frutos más preciados que ha dado este excepcional municipio.  No fue el aceite. Tampoco fueron los pimientos o el algodón.  Tampoco hablamos de los limones que pusieron a Santomera en el mapa. Y como no, tampoco fueron las 214 variedades de rosas de ese jardín que pretendía competir con los jardines decimonónicos de España. Si esta historia merece algo de respeto es por los propios protagonistas que escriben el relato con sus vidas, que cosecharon respeto y admiración por su infinita generosidad y entrega a los demás. Si de algo tienen que presumir los vecinos de esta tierra es de los hombres que la han trabajado, si de algo tienen que presumir sus políticos es de las personas que crearon su Ayuntamiento.

Y sí, una historia llena de historias de amor… Los padres de Don Claudio se enamoraron en esta hermosa tierra. Sus abuelos construyeron una casa para poder observar esa huerta que tanto amaban y traer aquí a sus seres queridos. Y fue, a mediados del siglo XX, cuando a este pueblo llegó, de la mano de esta familia, otra familia que era vecina del pueblo de Beniel. Sus hijos aprendieron a andar junto a la almazara, sus primeras travesuras tuvieron lugar en el enorme ficus que presidía el Jardín, no hay evento en sus vidas ni fotografía que no tenga de telón de fondo aquel centenario jardín.

Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y es que esta historia no hubiera sido posible sin ellas. La reforma de la que ahora todos llaman “Casa del Huerto” no hubiera sido posible sin Eugenia, la mujer de Don Claudio. El padre de Don Claudio no hubiera seguido visitando a Santomera si no hubiera conocido a  María. El abuelo de Don Claudio quizás no se hubiera planteado construir la Quinta de Don Juan si no hubiera sido por Maria Dolores. Y como no, Manuel, conocidos cariñosamente por todos en este pueblo como «Manolo del Jardín», el mayor tesoro que los Murcia trajeron a Santomera, la persona que ha legado a  este pueblo sus rosas verdes, y pese a que el propio Don Claudio dijese «sin él no se hubiera podido hacer aquí absolutamente nada«, lo cierto es que este hombre no habría dado ni un solo paso en su vida si no hubiese sido por su esposa Claudia.

Que ninguno de ustedes olvide nunca de dónde viene, cuáles son sus raíces, pues sin ellas no somos nadie, no hay nada que regar, y Santomera a gala tiene haber sido construida por personas que la amaron, por personas que se amaron.

¡Feliz día de San Valentín a todos!

 

MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ

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