Rose china de flores verdes, variedad Lavallé, retratada en 1856. Mismo tipo nomenclatural conservado en las rosas verdes de Santomera
Llegadas a Santomera de la mano de don Juan Murcia y Rebagliato, desde sus inicios han superado todas las desgracias inimaginables. Sobrevivieron a la riada de Santa Teresa el 15 de octubre de 1879. El 25 y 26 de septiembre de 1906 también consiguieron salvarse. El 29 de septiembre de 1947 tampoco las hizo desaparecer. Y el pasado día 13 y 14 de septiembre de 2019, fieles a su historia, desafiaron a las abundantes lluvias y a los peores presagios.
Están en Santomera desde el reinado de Alfonso XII hasta nuestros días, pasando por el reinado de su hijo Alfonso XIII con la regencia de su madre Maria Cristina de Habsburgo, la Dictadura de Primo de Rivera, la Guerra Civil, el franquismo y las cuatro décadas de democracia. Han sido testigos de los dos últimos Ayuntamientos de Santomera. Muy cerca de las gestiones del último proceso de segregación municipal estuvieron ellas.
A gala y pese a todo, siguen tenido de compañeros de batallas a sus fieles compañeros de viaje. Los cítricos del Jardín que consiguieron medalla de oro en certámenes nacionales del siglo XIX las rodean. Los primeros limoneros con los que Santomera comenzó su andadura en la segunda mitad del siglo XX también están junto a ellas. Así como réplicas de las yucas centenarias del Jardín, una histórica palmera que fue trasladada y, recientemente, los setos de boj con los que Manolo del Jardín rodeó aquel centenario enclave, madera con la que está hecha esta historia. Para el año que viene florecerán también los alhelíes dobles blancos del trono más emblemático de la Semana Santa de Santomera: ‘la Cama’.
Las rosas verdes de Santomera, ‘el vegetal con mayor valor patrimonial de Santomera’. Conservadas en Santomera desde el siglo XIX. Pasamos lista: a Murcia Rebagliato, a Murcia Villalonga, a Murcia Fernández, a Hernández-Ros Murcia, a Garcia Peña y a García Infantes, a todos ellos y en honor al recuerdo y respeto que sus memorias merecen, va dedicado el desvelo y los esfuerzos de los últimos días por mantener su legado.
Parafraseando a Juan Ramón Jiménez, siempre que veo las rosas me acuerdo de vosotros.
Gracias.
MANUEL GARCÍA SÁNCHEZ